viernes, 13 de agosto de 2010

“Historias populares cordobesas”


Derecho de autor:

Municipalidad de Los Surgentes

Capítulo 4

Personas y personajes

Alas

Para Nicolás Robbiano su sueño se hizo realidad, ¡Qué mejor regalo podía pedir para sus 18 años! El 13 de marzo 1939, día de su cumpleaños, se recibió, convirtiéndose en el piloto privado (PP) más joven del país, bajo la matrícula Nº 246.

A los 24 años tuvo su primer avión, para seguir volando, para despegar con alas propias y luego aterrizar, sabiendo que era una realidad.

Nicolás fue el primer piloto del pueblo y voló durante 40 años, con 5.000 horas de vuelo en su haber. Cuando alguien se refiere a él, dice simplemente: “Robbiano, el aviador”

Maestro

Su nombre completo era José Cortés Saura, nacido en Ager, Lérida, España. Hijo de Gregorio Cortés y Victoria Saura.

Una personalidad curiosa y atrayente, en la que mucho debe haber influido el hecho de no tener aquí familiares. Vivió solo, pero sus alumnos y amistades pudieron suplir en parte aquella ausencia y le permitieron dedicarse por entero a su profesión.

Muchas veces se pusieron en tela de juicio sus métodos y modalidades, recibió críticas y hasta fueron menospreciados los certificados que otorgaba en sus cursos. Sin embargo, los que fueron sus alumnos los recuerdan con un gran cariño, no exento de admiración.

Los últimos años, “el Maestro” los vivió en el Hospital Vecinal. Allí gracias a su lucidez, en 1989, un grupo de alumnos de 2do año del Inst. P. D. Emilio Castoldi pudo entrevistarlo y mantener un diálogo revelador ya que, desliza expresiones y conceptos que permiten inferir, entre líneas, una fuerte y singular personalidad.

Capítulo 7

Misceláneas

Anécdotas que tienen historia.

El pollo

“…José Ripet (“Cusa”), buen amigo, vivía al lado de mi casa, donde hoy vive Doña Tita de Riba. Me invita a un baile, en el taxi de Miguel Giaveno. Íbamos nosotros dos, más “Tonito” “Gentile, el Negro” Pino, “Nicola” Gentile y el “Toro” Muñoz; seis en el taxi. Era al otro lado del río, en la “chacra” de los Alessandroni, creo que a beneficio de la escuela. Llegamos al baile, estuvimos un rato y por ahí uno dice:

“¿Vieron los pollos que hay?, que lindo para comprar uno”. Bueno, vamos.

Cada uno colaboró con lo que tenía, monedas, costaba $2. Fueron a comprarlo, pero ya no había más, estaban todos vendidos.

“No podemos quedarnos sin comer pollo”; el Negro y Tonito, que eran dos traviesos, se pusieron de acuerdo; uno entretuvo al vendedor, y el otro robó el pollo.

Al rato el Negro se acerca y dice. “En el auto está el pollo”.

Doce, doce y media de la noche regresamos a comer el pollo.

“¿No habremos hecho macana?”, preguntó uno del grupo.

“Hablemos con el Sargento.”

“Buenas noches, Don Barrera, nos mandamos una macana.”

“¿Qué hicieron?”

“Nos robamos un pollo, lo tenemos en el auto…”

Y el Sargento contestó: “Y qué vamos a hacer, lo comemos nomás…”, era re gauchazo el Sargento.

Cuando habíamos terminado de comerlo aparece el vendedor declarando el robo. El sargento le contestó: “Ya vamos a investigar, ya vamos a ver quien hizo tal cosa…”

Éramos muchachotes de 22 años, así nos divertíamos…”

1 comentario:

  1. hola, desearía contactarte para recibir más información del Maestro. Es muy probable que sea hermano de mi bisabuelo.

    gracias,

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