martes, 3 de abril de 2012

El retrato


Hace mucho tiempo te vi y parecías un ángel con tu vestido blanco, las manos enguantadas, la sonrisa fresca eras todo lo que había soñado. Te sentaste en el suelo e inmortalizamos el momento, tu figura frágil y tu mirada de ensueños, yo podía saber lo que pensabas con solo mirarte y decirte te quiero.

Con los años vinieron los hijos, cada uno de ellos nos trajo esperanzas de un mundo nuevo, nunca nos olvidamos de darles amor y regalarles sueños. Un paso cada vez, una pared y otra pared, se agrando la casa y se renovaron las fotos, las nuestras se guardaron en un cajón y luego a la pieza del fondo.

Llegaron los nietos la alegría fue mucha, la casa se lleno otra vez de juguetes y baberos, yo al verte acunar a los niños deseaba tener algunos años menos. Ya casi cincuenta de que nos casamos y tu siempre la misma, con la sonrisa fresca y la mirada de ensueños.

Busque en que ocupar mi tiempo y revolviendo para encontrar unas herramientas encontré tu foto y llore en silencio. Restaure el marco que estaba viejo, le ate un moño y la guarde en secreto.

Aquel día vos estabas en la cocina entre y te abrace como antes, como hacía mucho que no lo hacía y me dijiste -¡Loco! Y yo te bese como ayer cuando éramos jóvenes y corríamos inquietos.

Te entregue el retrato y te dije ¡Feliz aniversario! Sobraron las palabras, los dos sentimos que no había pasado el tiempo, nuestros cuerpos se veían viejos pero nuestro amor era eterno.